Radyk – 2010

Rubén Radyk.

 

Una columna colocada justo en medio del sendero peatonal de una plaza. He aquí un comienzo. ¿Cómo han podido construirla allí? ¿Fue planeado? ¿Fue improvisado? ¿Qué dice esa columna, allí, de nosotros?
Si las plazas exponen las aspiraciones de nuestras ciudades, no viene mal que nos detengamos a observarlas. En ellas está plasmado el sueño del espacio comunitario, nuestros homenajes, nuestra idea de lo estético, de lo placentero, de lo lúdico. Y su estado, su conservación, es también el estado y la conservación de esos anhelos. El vandalismo y la inoperancia quiebran, por lo común, la armonía clásica. Así es que permanecen decapitadas las esculturas de Plaza Pringles en Rosario.
En esta serie de fotografías, donde el color dice mucho, Rubén Radyk nos acerca esos monumentos, paseos y rincones de nuestras plazas. Los mismos, quizás, a los que ya no hacemos caso. A los cuales el apuro, la costumbre, o un agudo sentido de autodefensa, reducen a la invisibilidad.